ESTÁS EN TU LISTA DE PRIORIDADES

Estoy seguro que estás en mil cosas, pero de lo que no estoy seguro es si te tienes en cuenta a ti mismo?

A medida que avanza el año, te conviertes en muchas versiones de ti mismo: trabajador incansable, padre o madre responsable, compañero confiable, amigo siempre disponible; y sin darte cuenta, cada uno de esos roles va llenando tus días y agotando tus energías. No porque no ames lo que haces, sino porque te olvidas de lo esencial: tú también eres importante.

El desgaste no llega de un día para otro. Se acumula cuando, por semanas o incluso meses, te dejas para después. Cuando das tanto a otros que ya no queda nada para ti. Entonces, el cuerpo empieza a enviar señales: fatiga, insomnio, dolores, cambios de ánimo. Y la mente también: pensamientos negativos, irritabilidad, ansiedad. ¿Crees que no me ha pasado? Pues sí, y por eso te hablo desde la experiencia.

Este es el momento de preguntarte: ¿Realmente estás en tu propia lista de prioridades? Porque si no lo estás, el resto de tus esfuerzos pueden tambalear.

Indicadores de que te estás olvidando de ti

Debes ponerte en tu lista de prioridades

Algunas preguntas que puedes hacerte para valorar si te estás dejando para el final, que debes responderte con honestidad, son la siguientes:

¿Hace cuánto no haces algo solo porque te hace bien solo a ti?

¿Cuántas veces dices “sí” cuando en realidad quieres decir “no”?

¿Tu agenda tiene algún espacio libre para ti?

¿Has tenido un momento de descanso real en los últimos siete días?

Si al menos dos de estas preguntas te incomodan o no tienes una respuesta clara, es muy probable que te estés quedando fuera de las prioridades de tu vida. Y eso, a la larga, afecta tu salud, tus relaciones y tu productividad. Y recuerda que no puedes servir desde un vaso vacío. Llenarte a ti mismo no es egoísmo, es supervivencia y el compromiso de servir mejor.”

Reconectar contigo sin dejar de ser responsable

A veces creemos que cuidarnos es un lujo o un acto egoísta. Nada más alejado de la realidad. De hecho, cuando te priorizas, todo mejora: tu estado de ánimo, tu salud, tu relación con los demás y, claro, tu rendimiento.

Te propongo cinco pasos concretos para que puedas reconectar contigo sin dejar de cumplir tus compromisos:

Primero: Agrégate a tu propia agenda

Bloquea espacios de al menos 15 a 30 minutos diarios, solo para ti; podría ser más según tu planificación. Ese tiempo no es negociable. Es tan importante como cualquier reunión o compromiso.

Segundo: Aprende a decir “no”, sin culpa

Aunque pareciera fácil, la verdad es que no lo es; a muchas personas se nos dificulta decir “no”. Empieza, hazlo la primera vez; como cualquier cosa, se trata de empezar. Di “no” a algo que no te aporta o que sabes que puedes delegar. Aprender a poner límites es una de las formas más sanas de autocuidado. Es importante decir que, es más difícil, cuando debemos decir “no” a otras personas; pero debes hacerlo cuando esto sea necesario.

Tercero: Revisa tus responsabilidades

Haz una lista de todas tus tareas y separa lo urgente de lo importante. Identifica qué puedes delegar o eliminar. No todo depende de ti, y permitir que otros también actúen es parte del equilibrio. Recuerda, lo importante antes que lo urgente.

Cuarto: Haz una lista de alegrías y vivencias

Debes disfrutar tus alegrías y vivencias

Anota personas, actividades o cosas que te generen placer o bienestar. Luego, agéndalas. Podrían ser, al menos, dos por semana. No esperes a estar al límite para permitirte disfrutar.

Quinto: Cuida tu diálogo interior

Observa cómo te hablas. ¿Eres compasivo contigo? ¿O te exiges como si fueras una máquina? Empieza a practicar una voz interior que te anime, que te cuide, que te respete.

Ten presente que estar en tu lista de prioridades no es un acto de rebeldía, es un acto de amor. Amor por ti, por tus sueños, por tu salud. Amor por

quienes te rodean, porque cuando tú estás bien, también puedes dar lo mejor de ti.

No tienes que hacerlo todo hoy. Solo empieza con algo pequeño. Un momento de silencio. Una caminata. Ejercicios de respiración consciente. Una decisión postergada para tu bienestar, cualquier cosa por pequeña que ella sea.

Es normal que al priorizarte aparezca cierta culpa. Muchos fuimos educados para pensar que cuidarse es ser egoísta. Pero cada vez que te priorizas, estás sanando esa creencia. Observa la culpa como una señal, no como un freno.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *