LECCIONES PARA EMPRENDEDORES 6: Serie

Nadie se preocupará por tu negocio como tú

Félix Miranda Quesada
Félix Miranda Quesada
Contador Público Autorizado

Esta es la última lección de esta corta serie que estoy compartiendo, sobre el proceso de un emprendimiento. Quiero recordarte que nadie se preocupará por tu negocio o proyecto tanto como tú. Podría parecer lógico, pero es algo que se debe recordar, porque cuando comienzas a contratar ayudantes y comienzas a construir un equipo, es posible que tengas la expectativa de que los miembros de tu equipo trabajen realmente duro y se preocupen por el negocio tanto como tú. De igual manera, si tu negocio es pequeño y no requieres o no puedes aún contratar personas como empleados, en algún momento requerirás los servicios externos, de los cuales también tendrás altas expectativas.

Y, aunque las expectativas son buenas y eso sería lo ideal,  que a tu equipo le importe lo mismo que a ti y a quienes les contratas algún servicio, también; lo más probable es que, en muchos casos, no será así.

Cuida tu negocio personalmente
Cuida tu negocio personalmente

No puedes esperar que tu equipo u otro particular, tenga el mismo sentido de urgencia que tu o que tenga el mismo nivel de detalle en la atención del negocio que tú, por lo que tendrás que poner todo tu esfuerzo y cuidado en tu negocio, aunque haya otras personas involucradas. Tú eres el líder, y luego todo fluye de ti, así que no puedes descuidarte, ni, como se dice popularmente, atenerte; puesto que muchas personas aún con un deber que cumplir, incluso pagado, podrían descuidarse y ser las causantes de un fracaso.

No puedes relajarte y pensar simplemente: “Bueno, ahora tengo un equipo. Otras personas están haciendo el trabajo, así que puedo estar tranquilo”. Realmente no puedes, porque tú estableces los roles y eres el llamado a velar para que se cumplan. Tú eres el que más debe preocuparse por el negocio, por lo que si decides atenerte y preocuparse menos, entonces tu equipo podría atenerse y preocuparse incluso menos que tú.

Así es como funciona. En última instancia, debes tener presente que, especialmente en un negocio pequeño, tú eres el corazón del mismo. Tú eres el líder y el que conduce el barco.

Esta lección nos dice que, en tu negocio, todo fluye de ti, porque tú eres el líder y el dueño, por lo que tienes que estar en tu juego y hacer lo mejor que puedas, sin atenerte a que otros se preocuparán igual que tú. Aunque debemos mantener esa expectativa y, tratar de sembrar en el sentimiento de los colaboradores, ese sentido de pertenencia.

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