Sᴇʀɪᴇ: Nɪɴ̃ᴏ Iɴᴛᴇʀɪᴏʀ Final
Siguiendo con nuestra serie, presentamos nuestro último artículo de la serie “Tu Niño Interior”; siguiendo lo que dice Henna Sohail: “Observa el mundo a través de los ojos de tu Niño Interior. Los ojos que brillan con asombro y admiración al ver amor, magia y misterio en las cosas más ordinarias”.
Sin embargo; vivimos en una sociedad que nos obliga a reprimir nuestro niño interior y a crecer. Pero la verdad es que, aunque la mayoría de los adultos crezcan físicamente, nunca alcanzan completamente la madurez emocional o psicológica. O sea, la mayoría de los adultos no son realmente adultos y, aunque esto parezca una afirmación antojadiza, el comportamiento de muchas personas así lo denota. Es por eso que continuamente nos quejamos de que a esta o a aquella persona les falta madurez. Y es así, como muchas personas quedan atrapadas en un estado de miedo, ira y trauma que se anida en la mente inconsciente durante años.
Cuando ignoramos o rechazamos la voz del niño interior, comenzamos a acumular un peso psicológico dentro de nosotros. Este peso no explorado y no resuelto nos lleva a experimentar problemas como enfermedades mentales, dolencias físicas y disfunciones en las relaciones.
Podría decirse que la falta de relación consciente con nuestro propio niño interior es una de las principales causas de los graves problemas que vemos en la sociedad actual. Desde la forma brutal en que tratamos el medio ambiente, hasta la cruel manera en que nos hablamos a nosotros mismos; nos hemos separado por completo de nuestra inocencia original.
Por qué liberar a tu niño interior es bueno e importante
La sed de conexión
En un intento de llenar ese vacío interior, muchos de nosotros intentamos aferrarnos a la nueva tecnología, esperando que pueda saciar nuestra sed de sentirnos más ‘conectados’, sin darnos cuenta de que en realidad nos estamos permitiendo desconectarnos más de nuestra alma, de nuestro espíritu u hombre interior.
Para mantenernos cuerdos en el presente, ocasionalmente nos aventuramos a mezclar y combinar un poco las cosas, pero ¿Cuántos de nosotros podemos realmente decir que reservamos tiempo de manera seria para jugar y mantener nuestro espíritu vivo y lleno de energía? Ese misterioso ‘algo’ que buscamos es la conexión espiritual, la actitud despreocupada, la intensa inocencia, la ligereza, el optimismo espontáneo y el tiempo para jugar. Definitivamente, echamos de menos a nuestro Niño Interior.
¿Te has puesto a pensar por qué amamos tanto a los niños de forma inherente o automática? Los niños reflejan diversión, inocencia, travesura, pureza, amor, alegría, espíritu, creatividad, imaginación y verdad, recordándonos lo que solíamos ser. Pero con el paso del tiempo, a medida que nos preocupamos más por las cosas materiales y caemos en las trampas de los placeres falsos, cambiamos nuestra rutina de “Comer, Dormir, Jugar” por una rutina de “Trabajar, Comer, Dormir”, pensando que esto nos traerá la verdadera felicidad. En algún lugar del camino entre la infancia y la edad adulta, perdemos el tiempo y la energía para jugar y despertar a nuestro Niño Interior. Muchos de nosotros estamos ocupados todo el tiempo y si llegamos a tener algo de tiempo libre, es probable que nos evadamos en las redes sociales o viendo televisión.
Nuestro inocente Niño Interior es la base de nuestro ser y la puerta de entrada a una vida feliz y llena de espíritu. Es la fuente de coraje, curiosidad, felicidad y emoción; sin embargo y tristemente, la mayoría de las personas han abandonado a su Niño Interior con vidas extremadamente ocupadas en diferentes actividades.
La verdad es que todos deseamos subconscientemente reconectar con la parte abandonada de nosotros mismos que es nuestro Niño Interior. No negamos intencionalmente a nuestro Niño Interior; es algo que sucede automáticamente con el paso del tiempo mientras intentamos lidiar con nuestras heridas emocionales.
La reconexión con nuestro Niño Interior es un anhelo subconsciente que todos compartimos. A lo largo del tiempo, nuestras heridas emocionales pueden alejarnos de esta conexión, pero es importante reconocer este deseo latente y buscar activamente restaurar esa conexión perdida para encontrar la plenitud y la alegría en nuestras vidas. Te invito a buscar y a lograr esa reconexión que traerá mayor felicidad a tu vida.